viernes, 28 de diciembre de 2007

¿1943 o 2007?

El 10 de diciembre de 1943 Juan Ramón dictó esta carta a Zenobia en Washington con destino a su amigo Juan Guerrero, indignado porque había incluido un prólogo del falangista José María Alfaro en el estudio-antología de Carlo Bo publicado aquel año.
«Aún cuando parezca extraño, Vd. parece que no ha comprendido ninguno de los cables que le hemos enviado sobre asuntos editoriales. Vd. sabe que una amistad como la que tenemos debe estar fundada en un respeto mutuo de ideas y sentimientos y que no son los medios actuales de comunicación apropiados para discutirlos. Yo respeto sus ideas, pero es necesario que Vd. respete las mías, que no pretendo imponerle. Mientras las circunstancias de España sean las que son actualmente yo no puedo volver a España ni relacionarme con determinados elementos de la República que andan por estos países. Yo tendría gusto en colaborar con Vd. en su editorial, pero no mezclándome con algunas de las personas que colaboran con Vd. Dada la amistad nuestra se supone que yo estoy haciendo un juego doble por la apariencia de lo que se refiere a mí en su editorial. No puedo aceptar que Vd utilice un título mío para una serie que empieza con un libro sobre mí. Esto es de una claridad que Vd. debe comprender. Tampoco acepto que un político militante de la España actual ponga prólogo a un libro sobre mí, como tampoco lo aceptaría si Vd. se lo hubiera pedido a otros políticos de los que andan por aquí. Mi situación en América es muy delicada, como Vd. debiera comprender. Yo no soy monárquico, ni republicano, ni falangista, ni comunista, etc., etc. Soy un hombre libre»
Publicado hoy en Abc

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Hoy es Navidad

(Pinchar -y después ampliar- sobre el icono para verlo en toda su magnitud y belleza)

¿Por qué no podemos dejar de llamarnos cristianos?

“El cristianismo ha sido la mayor revolución que la Humanidad haya realizado jamás; tan grande, tan incluyente y tan profunda, tan rica en consecuencias, tan inesperada e irresistible en su concreción, que no sorprende que haya aparecido o pueda aún aparecer como un milagro, una revelación desde lo alto, una intervención directa de Dios en las cosas humanas, que de Él han recibido leyes y orientaciones completamente nuevas. Ninguna revolución, ni ninguno de los grandes descubrimientos que han marcado un hito en la historia humana admiten comparación con el cristianismo, y frente a él resultan particulares y limitados. Ninguna revolución, incluyendo las que hizo Grecia en la poesía, en el arte, en la filosofía, en la libertad política, y Roma en el Derecho; por no hablar de las más remotas de la escritura, de la matemática, de la ciencia astronómica, de la Medicina y de todo lo que debemos a Oriente y a Egipto; y las revoluciones y los descubrimientos que siguieron en los tiempos modernos, puesto que no fueron particulares y limitados como sus precedentes antiguos, sino que afectaron a todo el hombre, al alma misma del hombre, no pueden pensarse sin la revolución cristiana, en relación de dependencia respecto a ella, a la que corresponde la primacía, porque el impulso originario fue y sigue siendo el suyo. (…) La razón de esto es que la revolución cristiana actuó en el centro del alma, en la conciencia moral y, al destacar lo íntimo y lo propio de dicha conciencia, casi pareció que le proporcionaba una nueva virtud, una nueva cualidad espiritual, de la que hasta entonces carecía la Humanidad. Los hombres, los genios, los héroes que hubo antes del cristianismo realizaron acciones magníficas, obras bellísimas, y nos transmitieron un espléndido tesoro de formas, de pensamientos y de experiencias; pero en todos ellos se echa de menos ese acento propio que nos une y hermana, y que sólo el cristianismo supo dar a la vida humana”

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El magisterio según San Agustín

Como sé que muchos de los que leéis este blog, pertenecéis o tenéis alguna relación con la enseñanza, aquí os envío -en homenaje- un pequeño párrafo del libro de San Agustín Del profesor (De magistro.)

“¿Acaso pretenden los maestros que se conozcan y retengan sus pensamientos, y no las disciplinas que piensan enseñar cuando hablan? Porque ¿quién es tan tan neciamente curioso que envíe a su hijo a la escuela para que aprenda qué piensa el maestro? Mas una vez que los maestros han explicitado las disciplinas que profesan enseñar, las leyes de la virtud y de la sabiduría, entonces los discípulos consideran consigo mismos si han hecho cosas verdaderas, examinándolo según sus fuerzas aquella verdad interior. Entonces es cuando aprenden; y cuando han reconocido interiormente la verdad de la lección, alaban a sus maestros, ignorando que elogian a hombres doctrinarios más bien que a doctores, si con todo, ellos mismo saben lo que dicen. Mas se engañan los hombres en llamarse maestros a los que no lo son, porque, la mayoría de las veces, no media ningún intervalo entre el tiempo de la locución y el tiempo del conocimiento; y porque, advertimos, piensan haber sido instalados por la palabra exterior del que enseña”

domingo, 9 de diciembre de 2007

Tatarkiewicz

Hace ya bastante tiempo, conocía a Tatarkiewicz. Había leído o consultado los libros que habían sido traducidos en español tanto la Historia de seis ideas, como su Historia de la estética en tres volúmenes publicada por Akal.
Lo que no sabía -y he ido descubriendo poca a poco- fue su magisterio como profesor de alemán de la universidad clandestina durante la segunda guerra mundial, su papel como garante -en pleno estalinismo- de la civilización y cultura liberal en la universidad, o su edición de una Historia de la filosofía que cumplió -y cumple- en el ámbito polaco la función que tuvo entre nosotros del Diccionario de filosofía de Ferrater Mora.
En fechas recientes, además, he dado con un hecho aún más sorprendente, la publicación de un libro, O szczęściu (Sobre la felicidad) una auténtica fenomenología de la felicidad escrita por Tatarkiewicz en plena guerra mundial. Demasiado tentador para mi, conseguí encontrar un volumen en la biblioteca de la universidad complutense editado en inglés (Analysis of the Happinness) por otro viejo conocido nuestro, Bochenski.

Ya con el libro en mis manos pude leer, con emoción, en el prólogo, lo que ahora os traduzco:

“Gran parte de este trabajo, fue escrito durante la guerra, entre 1939 y 1943. Puede parecer extraño que un trabajo sobre la felicidad pueda haberse escrito durante una época durante la cual los seres humanos sufrían la más grande de las desgracias. Pero es menos raro de lo que parece; pensamos más en la felicidad, cuando somos infelices que cuando disfrutamos de la felicidad. Y es que el mal es más fácil de soportar si nuestros pensamientos pueden escapar a algo mejor.
Durante el Levantamiento de Varsovia en agosto de 1944, logré rescatar el manuscrito cuando mi casa empezó a arder. Mientras que era conducido a un campo de reagrupamiento, el manuscrito fue encontrado por un oficial aleman, que registraba mi maleta.
“¿Un trabajo de investigación? -gritó- Ya no vas a necesitarlo. Ya no hay más cultura polaca.” Y echó el manuscrito en un arroyo. Me arriesgue y lo recuperé, y de esta forma es como el trabajo fue salvado. Pero sus notas, que estuve recopilando a lo largo de docenas de años, se consumieron junto con mi casa de Varsovia. Como resultado de esto, las referencias están incompletas.”

Pues si, existían héroes, existían personas así.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Una nueva interpretación de "El triunfo de la primavera" de Botticelli según Giovanni Reale.

No era la primavera
El enigmático cuadro de «La Primavera» -el más admirado de Botticelli en la Galería de los Uffizi junto con «El Nacimiento de Venus»-, no muestra en absoluto la hermosa estación de las flores y el amor sino el triunfo del humanismo representado a través de una escena mitológica: «Las bodas de Mercurio y Filología», según la documentada interpretación que presentará hoy en Milán el filósofo Giovanni Reale en su nuevo libro, «Las bodas ocultas».
Según Reale, la clave del bellísimo cuadro -uno de los más estudiados por los expertos en simbología- hay que buscarla no sólo en la mentalidad de Lorenzo di Pierfrancesco de Medici, quien lo encargó junto con «El Nacimiento de Venus» para uno de sus palacios, sino sobre todo en el ambiente cultural de la Florencia gobernada por su primo Lorenzo «el Magnífico».
El libro de Giovanni Reale, adelantado ayer por el «Corriere della Sera», identifica la obra maestra de Botticelli como la representación pictórica de «Las bodas de Mercurio y Filología», un texto de Marziano Capella muy popular en aquella Florencia de 1480.

Ni Venus ni Flora
La figura central no es Venus, como afirmó en 1893 Aby Warburg, el padre de la iconología moderna, ni tampoco es Flora la muchacha que mira al espectador y se dispone a lanzar un homenaje de pétalos a quien se acerca a la escena, ni es Céfiro el personaje aéreo que susurra a la chica de la derecha... En otras palabras, las interpretaciones de Warburg y de sus seguidores como Ernst Gombrich en 1945, Erwin Panofsky en 1961 o Edgard Wind en 1985 han llevado a los iconólogos por pistas falsas hasta que Claudia Villa centró las sospechas en la Filología, tesis que ahora confirma Giovanni Reale.
Que el personaje de la izquierda fuese Mercurio estaba fuera de duda, pues señala al cielo y lleva sandalias aladas. Pero el personaje central no es Venus sino la Filología, la gran ciencia del lenguaje y la literatura, que está a punto de esposar al dios del comercio, a quien señala con la mano derecha.
Sobre ella está Cupido, quien lanza sus flechas sobre las Tres Gracias, o sea, la Voluptuosidad, la Castidad y la Belleza, esta última con el rostro de Caterina Sforza, mientras que La Castidad, de espaldas, es Semiramide Appiani, la esposa de Lorenzo di Pierfrancesco de Medici.

Joven encinta
Si la Filología protagoniza el centro de la escena, y lo hace como una joven encinta, las otras dos muchachas con vestidos semitransparentes y también embarazadas forman parte de su séquito. La del vestido floreal no es ni Flora ni una representación de la ciudad de Florencia, sino nada menos que la Retórica, que se representaba alegóricamente de ese modo, con un velo de «flores retorici» en la Florencia del Quattrocento.
A su vez, la joven de la derecha es la Poesía, que recibe igualmente la inspiración de Eros, representado espiritualmente, con tonos fríos y el carácter «aéreo» de un personaje que no es el Céfiro sino la personificación del «divin furore» que inspira la Poesía.
Según la teoría del filósofo Giovanni Reale, la escena transcurre en el Jardín de Zeus del «Simposio» platónico y representa el triunfo del humanismo basado en la Filología, la Retórica y la Poesía, que deja atrás el Trivium y el Quadrivium de la época medieval. Si a eso se añade que Cupido no es un amor cualquiera sino el amor por la Sabiduría, que une a Filología con Mercurio, el triunfo del nuevo universo mental y cultural es visiblemente arrollador.

Juan Vicente Boo. ABC

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Un nuevo blog: La hemeroteca de Don Cógito

Intentando organizar un poco mejor este pequeño blog, he decidido separar de los comentarios, recesiones de libros, presentaciones de autores, etc... las noticias y los temas de actualidad, incluyéndolas en un nuevo blog en el que intentaré -día a día- transcribir las noticias que me parezcan interesantes o enlazar -cuando la noticia sea gran tamaño- a la página del periodico en cuestión. El objetivo es realizar un especie de mini-archivo en el que se pueda encontrar -en forma de dossieres- las noticias ordenadas cronológicamente y por temas. Espero que este pequeño esfuerzo os sea de utilidad. Por supuesto, no tengáis ningún problema en mandarme las noticias que os parezca interesantes. Ah, se me olvidaba, la dirección es:

http://lahemerotecadedoncogito.blogspot.com/

lunes, 3 de diciembre de 2007

Democracia


Todos los países de azúl se autoproclaman democráticos

domingo, 2 de diciembre de 2007

Otra foto fija: 24 de febrero de 1981

Con materiales que me ha enviado Zápiro y alguna "cosilla" más que he encontrado "por ahí" aquí os envio -oh lectores- dos nuevos testimonios de lo que fueron esos días, en este caso centrados en Barcelona y en "el día" después.

"La noche del 24 de febrero de 1981 yo tenía veintitrés años, llovía y hacía mucho frío en Barcelona, y era uno de los dos mil que habíamos considerado necesario participar en la movilización ciudadana contra el intento de golpe de Estado. Esa noche se me cayó la cara de vergüenza y es probable que la cara siga en el suelo desde entonces. Había soportado muy escocido el hecho de pasar las primeras horas del golpe de Estado en la habitación de que disponía en casa de mis padres, escuchando la radio como un bobo y tomando notas de alta semiótica: bajé a las Ramblas y sólo vi al cantante Raimon que iba preguntando con la mirada, como yo, sólo que él debía de tener las respuestas, por adulto y por poeta. Éramos una generación sin épica, una generación de héroes prestados, ropavejeros, de segunda mano (tiene ventajas: hay muy poco arrepentimiento en los que trato: el arrepentimiento se basa en la acción), que ni de desencanto podíamos presumir: más que una generación éramos un pasillo ... Pero la noche del 24 de febrero el escozor se transmutó en desaliento: el golpe de Estado fue para Cataluña lo mismo que para el Departamento de Estado norteamericano: un asunto interno.

Arcadi Espada 'Contra Catalunya. Una crónica'

“Nunca lo sentí tanto y tan claramente como una noche que me llevó a las orillas del llanto político... Fue la del 24 de febrero de 1981, al día siguiente del golpe de estado del 23-F... hacía frío. Era de noche. Por el Arco de Triunfo abajo, camino del Parlamento de Cataluña, desfilaban los demócratas catalanes en oposición al golpe y en defensa de la democracia. Pero apenas desfilaba nadie. Cuatro gatos, si se comparaba con Madrid: los mismos que nos manifestábamos contra Franco. Nada del millón que recibió a Tarradellas. No había más gente que la de Comisiones Obreras y UGT, del PCE-PSUC y del PSC-PSOE. El resto brillaba por su ausencia, “Tranquil, Jordi, tranquil” era la frase del día. Y “tranquilos por si acaso”, la consigna de la noche. No sólo éramos pocos los manifestantes ateridos bajo una llovizna inclemente, sino que, llegados al Parlamento, desde dentro no abrieron las puertas. Como pasó con Joan Corominas cuarenta años antes, la democracia en España era un problema... exterior... y ahí estábamos los tontos útiles de siempre, los emigrantes, los sindicalistas, los antifranquistas, los antifascistas, los forasteros que nunca habían acabado de entender cual era su sitio. Y sin una bandera. Ni una bandera española... Antes de aquella noche había decidido irme de Barcelona por razones morales y políticas. Después de aquella noche me alegré de haber tomado esa decisión por razones de higiene ciudadana, de pulcritud ética... cuando se encuentra a alguien o a algo para echarle la culpa de todo, es fácil no tener la culpa de nada ni correr el menor peligro porque, al fin y al cabo, lo malo es siempre ajeno, siempre viene de afuera. Eso es el nacionalismo. De ahí su éxito.”

Federico Jiménez Losantos, "La ciudad que fué. Barlelona, años 70."

viernes, 30 de noviembre de 2007

Foto fija de España: 23 de febrero de 1981

Otro de los “grandes desconocidos” por la historiografía oficial es Víctor Alba (seudónimo de Pere Pagès i Elies). Periodista y militante histórico del POUM, exiliado entre 1943 y 1975 , polígrafo y autor de más de cien libros -la mayoría editados fuera de España. Muerto en 2003 . He elegido a Victor Alba, en primer lugar porque creo, que es uno de aquellos autores, pertenecientes al exilio republicano, más interesantes y más necesarios de reintegran -de una vez por todas- a una cultura como la nuestra, la española, tan tendente al sectarismo y al ninguneo. En segundo lugar, porque creo que su autobiografía, “Sísifo y su tiempo. Memorias de un cabreado”, es un libro que -además de muy ameno y muy bien escrito- es fundamental para entender la evolución de España a lo largo de todo el siglo XX. Una buena muestra, es el párrafo que os presento.

Sobre estos temas, ya he tratado aquí, aquí y aquí.

“Hubo un momento en que S, como otros de su generación, creyó que podría ser útil: el 23 de febrero de 1981, cuando Tejero ocupó el Congreso y los diputados se agacharon.... S estaba en Ginebra, dando un curso para la KSU que tenía allí un grupo de estudiantes. Vio por la televisión francesa las imágenes de Tejero y tomó el Talgo de las nueve de la noche: En las estaciones de Perpiñan y Cerbère vio algunas caras conocidas que se ponían a salvo, y llegó a Barcelona cuando Tejero todavía estaba en el Congreso, chanchulleando con Armada. Durante largas horas de viaje S había imaginado a la gente concentrada. En Barcelona fue a ver algunos amigos. Nadie se había movido. En algunos pueblos de los alrededores de Barcelona, los únicos que se presentaron en los ayuntamientos fueron viejos, que no encontraron ni tan sólo a los alcaldes. En Ribes, el alcalde tuvo que echar un escándalo a algunos de los más radicales, que hablaban de hacer las maletas. S comprendía que desde Madrid y la Generalitat se diera la consigna de no salir ala calle, para evitar que los militares se imaginaran otro 19 de julio. Pero no entendía que los sindicatos no dieran la consigna de que, si los sublevados vencían, estallara una huelga general... Nunca en mi vida, dice S, sentí la mezcla de rabia, desprecio, impotencia e indignación, asco y desilusión que sentía aquellas 48 horas pasadas en Barcelona. Tejero acaso dio dos vueltas de llave al sepulcro del Cid, pero Franco consiguió una victoria póstuma al haber convertido a un pueblo en cuarenta millones de mansos que sólo pensaban en el piso comprado a plazos y en el vídeo o la moto que querían comprarse. Jamás me he sentido tan desgraciado como en aquellos dos días de febrero en Barcelona. Ni siquiera los dos últimos días de marzo de 1939. En el siglo pasado habrían hablado de “lubridio”, en 1935, de vergüenza, ahora hablan de sensatez.”


Víctor Alba. Sísifo y su tiempo. Memorias de un cabreado (1916-1996)

martes, 27 de noviembre de 2007

¿Cómo fue posible?


"La tesis fundamental de la Democracia es que "todo el poder nace del pueblo", y la Constitución señala el camino que ha de recorrerse para obtener del pueblo esa legitimación necesaria para realizar lo que sea. En última instancia es el pueblo mismo el que determina su Constitución"

Carta de Adolf Hitler al Presidente Brüning. 13 de Diciembre de 1931

Hitler NUNCA derogó la Constitución de Weimar


Y ahora LA pregunta: "¿Puede la Democracia -AHORA-limitar las libertades que permiten a sus ciudadanos elegir a un tirano y destruir la Democracia?"
Nota: la cita la he tomado de "Seig Heil!" libro de Jose María Álverez del que te he hablado unas cuantas entradas más abajo.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Barcelona según Ramón Gaya

Barcelona
Al decir Barcelona pienso en esa combinación que siempre me pareció extraña: gótico y mar. Porque el Gótico, tan preso aún en la Edad Media, parece suceder tierra adentro; el más en cambio es renacentista, es decir transparencia de la antigüedad. Pero en Barcelona lo gótico y lo marino conviven, se hablan, se sufren. El disparate genial de Gaudí es, posiblemente, haber querido expresar esa amistad difícil, haber querido hacer con el oleaje del Mediterraneo un gótico alegre, luminoso; no supo comprender que esa relación, llena de encanto, sin duda, había que respetarla, que dejarla en ella misma y no querer fundir en uno a dos amigos, ta que se trataba únicamente de eso: de amistad y no de amor. De lo genial es de donde se cae más aprisa, y desde más alto; este arquitecto grande, este hombre que había querido poner el mar de pie, cayó en ese lago fangoso y lleno de nenúfares que es el Modern Style, puesto que los dos estilos -a pesar de sus diferentes rangos- tienen al menos una cosa en común: que ni uno ni otro son propiamente arquitectura. El Gótico no es, como ya se sabe, una arquitectura, sino un sentimiento; y con el Modern Style, que no es un sentimiento pero sí una debilidad, tampoco puede construirse nada. Claro que el Gótico no necesita ser arquitectura para levantarse y sostenerse: el sentimiento que lo habita vale por las más lógicas técnicas de construcción, mientras que el Modern Style, completamente vacío de toda trascendencia, se desmorona, se derrite en largos cabellos líquidos y ondulantes. Para mí Barcelona es, principalmente, eso que he llamado amistad gótico-marina; el apresurado podrá confundirla con Marsella, con un puerto como Marsella, y acertar en parte, pero no es ése su verdadero centro; el nervio central de Barcelona es un contraste enlazado de Norte a Sur, de Gótico y Mediterraneo.

Relatos del Infierno

Entrada del campo de concentración de Vorkuta a finales de los cincuenta. Puede leerse
"El trabajo en la URSS es una cuestión de honor, gloria, orgullo y heroismo "

Por razones que no se me escapan, a mucha gente nombres de lugares como Magadán, Vorkuta o Kolimá les sonarán a chino. Nombre extraños, imposibles de colocar en un mapa, siquiera situar en una época determinada. Ahora bien si dijera Auschwitz, Birkenau o Dachau, a bastantes de esas mismas personas a las que se nombró esos tres extraños primeros nombres empezarían a a situar o por lo menos asociar tales nombre con unas imágenes, películas o libros atroces, historias inhumanas capaces estremecer a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad.
Magadán, Vorkuta o Kolimá fueron lugares, pertencientes a un mundo más amplio (el Gulag descrito por Solshenitsin) en donde se llevó a la muerte a -como mínimo- el doble de personas que en Auschwitz, Birkenau o Dachau.
El 15 de octubre pasado se editó en España por obra y gracia de la editorial Minúscula el primer volumen (de lo seis en total) de los Relatos de Kolimá, breves cuentos que Varlam Shalámov publicó en Londres, en 1978. Editados en España hace muchos años (y no todos) esta nueva edición nos podrá ayudar a entender que infierno se escondía detrás de la “construcción del Paraíso”.
Se ha dicho -con bastante razón- que las atrocidades nazis nos revelaron la verdadera esencia del racismo, del antisemitismo o del nacionalismo; incluso algún que otro pensador se ha preguntado si después de Auschwitz era posible escribir poesía, o si “Dios había muerto” -por lo que se ve, por enésima vez- entre las cámaras de gas y las alambradas de los lager. Todos son estos, debates importantísimos, fundamentales para entendernos, para intentar fundamentar una nueva forma de pensar y vivir que evite tales barbaridades han obsesionado -como es normal- desde el final de la segunda guerra mundial a un sin numero de pensadores, artistas, sacerdotes, políticos o gente de lo más variopinta. Quienes -además- hemos llegado a conocer los restos de tales infiernos (visité Auschwitz hace trés años) no podemos más que sentir el DEBER de no pasar página a algo tan atroz.
Sin embargo, parece que no se ha dado toda la importancia que se debiera a hechos parecidos -pero realizados por una de las potencias victoriosas- tras el mismo conflicto. De lo que nos revelan tales hechos o las enseñanzas que debemos sacar de ellos no parece que haya sido -tampoco- algo que haya provocado mucho interés a personas partidarias del progreso humano o en otros mismos individuos -al parecer opuestos a los primeros- eternos dialogantes o apaciguadores in pectore.
Pero no entremos en polémicas -la mayor parte de ellas puro ruido alejado de un verdadero debate de ideas- y leamos el primer cuento del primer volumen de Relatos de Kolimá.

Por la nieve
¿Cómo se abre camino en la nieve virgen? Un hombre echa a andar, suda y blasfema, avanza sin apenas poder mover los pies, hundiéndose a cada instante en la esponjosa y profunda nieve. El hombre se marcha lejos, marcando su camino con irregulares hoyos negros. Se cansa, se acuesta en la nieve, enciende un pitillo, y el humo de la majorka se extiende en una nube azulada sobre la nieve blanca y brillante. El hombre ya se ha manchado lejos, pero la nube sigue suspendida en el lugar en donde se había detenido a descansar: el aire es casi inmóvil. Los caminos se abren siempre en los días de calma, para que los vientos no barran los trabajos de los hombres. El hombre marca sus propios puntos de orientación en la infinitud nevada: una roca, un árbol alto. El hombre guía su propio cuerpo por la nieve del mismo modo que un timonel dirige la barca por el río de un saliente a otro, hombro con hombro. Pisan junto a la huella pero no en ella. Al llegar a un lugar señalado de antemano regresan, y de nuevo caminan de manera que se aplaste la virgen superficie nevada, el espacio aún no hollado por pie humano alguno.
El camino está abierto. Por él puede ir gente, convoyes de trineos, tractores.
Si se sigue tras los pasos del primer hombre, huella a huella, se formará un sendero visible pero difícilmente transitable y estrecho: una trocha y no un camino, lleno de hoyos por los cuales es más difícil avanzar que por la nieve virgen.
El trabajo más duro es para el primero, y cuando a este se le agotan las fuerzas, lo reemplaza otro, de aquel mismo quinteto de cabeza. De entre los que siguen los pasos del primero, cada uno de ellos, incluso el más pequeño, el más débil, debe pisar un pedazo del manto nevado y no alguna otra huella.
Y sobre los tractores y a caballo no viajan los escritores, sino los lectores.

(Traducción Ricardo San Vicente)

domingo, 25 de noviembre de 2007

José María Álvarez

¡Este si que es un descubrimiento! Paseando el otro día por la benemérita librería de Antonio Machado me topé con uno de los -hasta ahora- mejores libros que he leído sobre la subida al poder del nazismo. Siguiendo la línea trazada por Hayek en Camino de servidumbre, el autor, hace un recorrido por los últimos años meses antes del triunfo nazi en 1933. Lo interesante del libro es que parte de una aterradora premisa inicial: nuestras democracias “están preparadas” para que algo parecido pueda volver a ocurrir.
Más sorprendente fue para mi leer que el autor de este libro -Jose María Álvarez- es, además, poeta (uno de los novísimos del libro de Castellet), traductor de Eliot, Kavafis, Hölderlin, ganador del premio “La sonrisa vertical” etc, etc, etc.
Días más tarde, encandilado por el personaje, me compré un pequeño opúsculo -lo último que ha editado JMA- titulado La insoportable levedad de la libertad, una transcripción de un curso de verano organizado el El Escorial en julio del 2003, del que os ofrezco esta pequeña muestra.
[Quienes me conozcan y lean esto, adivinaran que no estoy del todo de acuerdo con lo que dice el autor. Pués bueno, queridos míos, con los escritores que me gustan, me ocurre algo parecido que con los amigos; esto es, no busco fotocopias, no busco que sean de “los míos” (eso se lo dejo a sectarios varios, de los políticos o de los otros).]


"Si esta sociedad, la Democracia de Masa, persiste, no creo que sobrevivamos. Y sin duda es ella la que va a sobrevivir. Y en esta sociedad no habrá poder creador. Estamos contemplando ese desolado paisaje. Puede que aún se siga representando a Shakespeare, y la gente irá a los museos. Tácito y Montesquieu, “la cultura entera” -¡hasta los filósofos griegos! ¡Y Schopenhauer!-, música, etc... están hasta en los quioscos... junto a Cosmopolitan, o Playboy. Pero un Shakespeare “democrático, “solidario”, “políticamente correcto”, limpiado, disecado, ante un auditorio sin vinculaciones emocionales con lo que se representa. Contemplarán El rey Lear o Hamlet como pueden asistir a un concierto de Sabina. Pasearán por los museos como el que se pasea ante un acuario muerto. Ya sin lazo con la vida. Un entretenimiento, y sin duda, programado: por la mañana aeróbic y shopping, por la tarde La traviata y por la noche cena turística. Y todo sin excesos.
Durante un tiempo aún se mantendrá -como rarezas, incluso como un consumo de buen tono, dentro de lo que ahora se llama “calidad de vida”- todo esto. Pero dudo que en esa sociedad pueda madurar un Mozart, un Rilke, un Rafael, un Leonardo. Y a la larga, exangüe, inane, también esa sociedad sucumbirá. Porque lo que cada época ha llegado a ser, el horizonte de sus ilusiones, el legado común de la Humanidad, vivía, paradójicamente, en la altura donde habían colocado el listón de nuestros sueños esos artistas marginados y marginales. Porque, como dijo Hugo, contienen lo ignorado.
Porque Beethoben o Borges, o Stendhal o Baudelaire, no son, en ese legado, sólo música o literatura. Significaban también que había una sociedad palpitante donde su obra florecía. Ningún deseo social ni decisión de las instituciones pueden hacer que se produzca un Mozart o un Plutarco. Sólo en un mundo libre libre en su alma, aunque padezca los rigores de una tiranía-, donde habita la primacía de lo mejor sobre lo peor, en todos los órdenes y en el corazón, en todos los órdenes y en el corazón de sus hijos, sólo allí pueden darse esos ilustres alumbramientos.
Con su luz gozará una parte de esa sociedad, un número limitado de seres humanos -y aquí sí que en su incremento pueden influir los logros de una Educación mejor-, pero lo que emana de esas exigencias produce el mejoramiento de toda la sociedad. Porque los más profundos mensajes de tolerancia y comprensión, la busca de lo excelente, de sueños, de imaginación, de libertad, es en sus obras donde anidan, donde nos aguardan, donde nos hacen mejores. Porque esos “pocos” son la carne de la Civilización, de la única, desde el primer vagido.
No quiero entrar en el análisis de lo que acaso, con la destrucción de la Enseñanza, sea el abismo bestial desde donde nuestra sociedad ha decidido suicidarse: el asolamiento de las grandes lenguas, nuestro español, el inglés, el francés, el alemán, etc. Proceso astutamente vinculado a la degradación del ser humano, y que iniciado por comunistas y nazis, alcanza en la Democracia de Masas, sus más pérfidas y salvajes conclusiones. Sería tema para un curso entero.
Creo que muchos de nosotros debemos acostumbrarnos a que seremos zombis en un mundo ordenada e igualitario, y muy infantilizado, absolutamente controlado por la televisión u otros inventos que vengan acaso más decisivos. La barbarie en sus múltiples formas, nacionalismo, multiculturalismo, posmodernismo, Izquierda en cualquiera de sus formulaciones, ha triunfado sobre la Cultura. Su labor de destrucción es inexorable. Los asesinos de la Cultura ya están instalados. Preparan, aunque algunos no lo hagan voluntaria o conscientemente, el camino a los asesinos de personas. Como escribió Nadiezhda Mandelstam, “
llena de horror me decía a mí misma que entraríamos en el futuro sin testigos capaces de testimoniar lo que fue el pasado. Tanto fuera como dentro de las alambradas, todos habíamos perdido la memoria”. Hace ya mucho, en un poema de Museo de Cera, vi ese futuro:

Lo que hemos amado como Historia
será como el paso de la Luna
entre Horda y Horda."

sábado, 24 de noviembre de 2007

La Vulgata

Hoy me he levantado absolutamente herético. Después de desayunar con una amiga me he ido hasta la librería San Pablo que hay en la calle de San Bernardo. Y ahí estaba, en la estantería que hay a la derecha con el resto de los volúmenes de la Biblioteca de Autores Cristianos. Es el volumen de color burdeos. Titulo: Biblia sacra juxta vulgatam clementia. Esto es, la Biblia Vulgata de toda la vida. Leo:

In principio creavit Deus caelum et terram.Terra autem erat inanis et vacua, et tenebrae erat faciem abyssi, et Spiritu Dei ferebatur super aquas. Dixitque Deus:Fiat lux. Et facta est lux.

O
Vanitas vanitatum, dixit Eclesiastes, Et omnia vanitas.

O eso de

In principio erat Verbum, Et Verbum erat apud Deum Et Deus erat Verbum

Leía esto en una de las cafeterías más progresistas -y más bonitas, todo hay que decirlo- de toda la plaza del 2 de mayo (no había más periódicos que varios ejemplares de “El País” y alguno de "Publico"). “Estoy condenado- pensé-, tengo la “almita sucia”, esta vez voy directo a las calderas de Pepe Botero.”
Pero qué belleza. Qué placer.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Dos poemas de Novalis y una reflexión de Zagajewski

Hoy me voy a permitir una licencia. Ayer mirando libros de poesía en la nueva Casa del Libro que han abierto en Fuencarral, me topé con un autor que -todavía no sé de que manera- marcó una parte de mi vida: Novalis. Creo que leí por primera vez a Novalis cuando estudiaba segundo de Geografía e Historia en la Autónoma de aquí, Madrid. Juraría -además- que fue una tarde a última hora buscando en la base de datos de la antigua biblioteca que había en uno de los departamentos del interior de la facultad (antes de ser trasladada a la gran biblioteca que hay ahora al lado de la estación de tren.) No lo recuerdo muy bien, pero el caso es que cayo en mis manos un volumen con los Himnos a la noche y Enrique de Ofterdingen, estoy casi seguro que en la edición que Eustaquio Barjau realizó para la Editora Nacional.
Sería la edad, las hormonas, las “cosas del corazón” o todo a la vez, pero aún recordaba antes de mi reencuentro con Novalis, por lo menos tres lustros después, algunos párrafos de sus Himnos a la Noche. No hay que dudar que ayer me compré el libro. La edición es diferente (Poesías completas. Los discipulos de Sais. Editorial DVD), pero la traducción me parece que es la misma (tendré que consultarlo). Sea como sea aquí, para quien quiera leerlo, una muestra. Espero que lo disfrutéis:
"Dejándola atrás me dirijo hacia la sagrada, inefable y misteriosa noche. Lejos yace el mundo -sumido en honda cripta- desierto y solitario es el lugar. Una profunda melancolía vibra por las cuerdas del pecho. Quiero descender en gotas de rocío y mezclarme con la ceniza- -Lejanías del recuerdo, deseos de juventud, sueños de la infancia, breves alegrías y vanas esperanzas de una larga vida acuden cubiertas de grises ropajes, como niebla en el ocaso a la puesta del sol. En otros espacios ha levantado la luz sus alegres tiendas. ¿No regresará al lado de sus hijos que esperan su retorno con la fe de la inocencia?”

(Del canto primero de Los Himnos a la noche”)

Antaño, cuando derramaba amargas lagrimas, cuando disuelta en dolor mi esperanza se desvanecía, estando en la estéril colina que en estrecho y oscuro lugar albergaba la imagen de mi vida -solo, como jamás estuvo nunca un solitario, hostigado vivía por un miedo indecible- sin apenas fuerzas, sólo un reflejo de la miseria. -Cuando buscaba auxilio a mi alrededor -avanzar no podía, retroceder tampoco- y un anhelo infinito me aferraba a la vida fugaz, apagada -entonces, desde la distancia azul -desde la altura de mi antigua dicha descendió un estertor de desfallecimiento -y de repente de rompió el vínculo del nacimiento -las ataduras de la luz. Se desvaneció la gloria terrena y con ella mi tristeza -la melancolía se fundió en un mundo insondable y nuevo- y tú entusiasmo de la noche, sueño del cielo, viniste sobre mi -el entorno se fue levantando lentamente sobre el paisaje, suspendido flotaba mi espíritu, libre vuelto a nacer. La colina se convirtió en una nube de polvo -a través de la nube vi los rasgos transfigurados de la amada. En sus ojos descansaba la eternidad -cogí sus manos, y las lágrimas se convirtieron en vinculo centelleante, inquebrantable. Pasaron milenios huyendo hacia la lejanía, como tempestades. Abrazando su cuello lloré lágrimas extasiadas por la nueva vida. -Fue el primero el único sueño -y desde entonces sólo vivo un fe eterna e inalterable en el cielo de la noche y en su luz, la amada


(Tercer canto de Los Himnos a la noche)

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"Me rebelo... contra la reducción de la realidad, contra la instauración de una franja estrecha para la vida -¡y para el arte!-, una franja donde no hay lugar ni para el heroe, ni para el santo. No es que quiera hacer propaganda del heroísmo o escribir vidas de santos; me interesa otra cosa: lo que en el plano estético corresponde al "héroe" y al "santo" es el encuentro con lo sublime. Un encuentro que nunca es esclusivo... pero no deja de ser imprescindible...

...lo que esperamos de la poesía no es el sarcasmo, la ironía, la distancia crítica, la sabia dialéctica ni el chiste inteligente (aunque todas estas virtudes de la mente cumplen su papel a la perfección siempre que se hallen en su sitio, en un tratado lleno de erudición, un ensayo o un artículo publicado en un periódico de oposición), sino la visión, el fuego y la llama que acompaña los descubrimientos a los descubrimientos espirituales. En otros terminos, lo que esperamos de la poesía es la poesía"

Adam Zagajewski

lunes, 19 de noviembre de 2007

¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿?????????????


Dejando totalmente al margen las virtudes o defectos del político recientemente fallecido Gregorio Lopez Raimundo -del que no opino porque no sé practicamente nada- me sigue asombrando leer cosas como la que sigue. Hoy en el Periodico de Cataluña:

"Adiós a un histórico líder del comunismo catalán y a uno de los protagonistas de la transición democrática en España. El que fuera secretario general del PSUC de 1965 a 1977, Gregorio López Raimundo, uno de los más destacados luchadores antifranquistas, falleció ayer en Barcelona a los 93 años de edad. López Raimundo, que fue galardonado en enero del 2006 con la Medalla d'Or de la Generalitat, sufría graves problemas circulatorios. Su funeral transcurrirá hoy a mediodía en la intimidad familiar. Será incinerado.La vida de López Raimundo, nacido en la localidad zaragozana de Tauste en 1914, se centró en la defensa del comunismo y de las libertades en España, y su trayectoria estuvo marcada por el exilio y la actividad clandestina. Casado con la escritora Teresa Pàmies, tuvieron dos hijos, uno de ellos, Sergi Pàmies, escritor, como su madre."

domingo, 11 de noviembre de 2007

Zbigniew Herbert


Uno de los modestísmos objetivos de este blog es propagar -en la medida de lo posible- la cultura y literatura polaca. Para ello hoy os presento al -quizá- más importante poeta de todo el siglo XX en Polonia: Zbigniew Herbert (pinchar aquí.) Espero que disfrutéis del GRAN poema que os transcribo a continuación


Anunciación del Maestro de la Sagrada Sangre (S XV)Museo del Prado
Los Antiguos Maestros

Los Antiguos Maestros
prescindían de nombres,

sus firmas eran
blancos dedos de Madonna

o las rosadas torres
di città sul mare


y también escenas de la vida
della Beata Umiltà


se diluían
en el sogno
miracolo
crocifissione.

encontraban refugio
bajo párpados de ángeles

tras colinas de nubes
en la espesa hierba del paraíso,

naufragaron sin dejar rastro
en áureos firmamentos

sin gritos de espanto
sin invocar un recuerdo.


la superficie de sus cuadros
es lisa como un espejo

no son espejos para nosotros
son espejos para los elegidos.


Yo os invoco Viejos Maestros
en los duros momentos de la duda

haced que de mí caiga
la reptil escama del orgullo

que sordo quede
la tentación de la fama.

yo os invoco Antiguos Maestros,

Pintor de la Lluvia de Maná,
Pintor de los Arboles Bordados,
Pintor de la Visitación,
Pintor de la Sagrada Sangre.



(traducción de Xaviero Ballester)

sábado, 10 de noviembre de 2007

Un poco de musica (dedicado al feacio Borja)



(entrevista con Juan Pedro Quiñonero)

Le Monde de la Musique me recuerda que Mstislav Rostropóvich cumple 80 años… ojeo el número, que está muy bien: una cosa pedagógica con ribetes eruditos, destinados al gran público. Finalmente, me digo, mi vieja entrevista con el Maestro me parece ¡mucho más interesante…!

Con motivo de no recuerdo qué premio castellano, en una fecha que no consigo precisar, estuve dialogando con él durante una hora larga. Me queda este recuerdo escrito:
A quinientos metros muy cortos del antiguo palacio de la princesa de Polignac-Singer, donde se estrenaron algunas obras maestras de don Manuel de Falla, Rostropóvich me recibe en su domicilio parisino, rodeado de estatuas, cuadros e imágenes muy antiguo régimen, con una humildad de visionario y profeta convencido que el arte salvará a la humanidad y a un mundo amenazado de desertización espiritual.

Consagrado, una vez más, como el violonchelista más importante del siglo XX, ¿cual es visión personal de su propio puesto en la historia de su arte?

No soy la persona más adecuada para responder esa pregunta. Por otra parte, el violonchelo, y la música, son, para mí, algo esencial de mi vida: sin ellos no hubiera podido vivir, ¿a que plantearme ese tipo de preguntas?


¿Cómo se llega a ser Rostropóvich?


¡No lo se…! Dios debió crearme de una cierta manera, o darme ciertos dones.


¿Cree usted en Dios?, ¿cree que Dios se ocupó de su nacimiento y carrera?


¡Por supuesto..! Dios nos ha creado a todos.


Pero no todos llegamos a ser Rostropóvich.


¡Afortunadamente…! En mi caso, supe, desde niño, que estaba «condenado» a la música, al violonchelo. Fue algo muy natural. No podía ser de otra manera. Toda mi vida ha estado consagrada a la música, al violonchelo. Ha sido mi manera de llegar a ser feliz. La justificación de mi vida. Se lo debo todo. Lo he dado todo. Ha sido y es mi manera de comunicarme con Dios, de comunicarme con el orden supremo de todas las cosas creadas.


¿Cual es la parte del dolor, el sufrimiento, en la obra y la carrera de un artista?


Enorme. Y, al mismo tiempo, el dolor, el sufrimiento, son una parte esencial en la formación y la liberación del alma de un artista. En mi infancia, en mi juventud, cuando estudiaba, tenía compañeros que estudiaban mucho más que yo. Los había, por ejemplo, que eran capaces de pasarse horas estudiando, trabajando, mientras seguían, en la radio, o la televisión, un partido de fútbol. Yo consagraba menos horas al trabajo, quizá, pero sabía que el arte, la música, el violonchelo, eran una manera que permitiría llegar a ser yo mismo, me permitirían alcanzar un mundo mejor, a través del arte. De ahí que, al final, he llegado a ser feliz. Y el sufrimiento, en mi caso, queda en un segundo plano.

Esa capacidad de interpretar una misa de Bach, al mismo tiempo que se contempla un partido de fútbol, en la televisión, me recuerda el caso de los grandes criminales nazis, o comunistas, capaces de dirigir inmensos campos de concentración y tortura de otros hombres, mientras ellos escuchaban a Mozart.


Algo espantoso, desalmado. Pero, al final, el gran arte acabará triunfando.


¿Cree usted que el arte tiene alguna utilidad práctica?, ¿puede el arte combatir la miseria del mundo, de alguna manera?


El arte es una parte esencial de la vida humana. Como la religión. Es una fuente de libertad y enriquecimiento moral. La salvación misma del hombre, de la humanidad, entera, dependen de la belleza y el arte. Es la belleza la que da un sentido a la vida humana. A través del arte, nos comunicamos con nuestros antepasados, con nuestros muertos, y transmitimos a los hombres que vendrán el legado de nuestra vida espiritual.


Salvamos nuestras almas, pero estamos indefensos ante la inmensidad de la miseria física universal.


¡No…! Siempre podemos hacer algo. Yo he ganado mucho dinero con la música. Pero también doy mucho. He creado una fundación. Ayudo a crear hospitales. La solidaridad, la fraternidad, son cosas espirituales y materiales, al mismo tiempo.


Cioran decía que los castellanos y los rusos tenían en común una cierta locura mística, y citaba el caso de Teresa de Ávila y de Dostoievski.


¡Llevaba razón….! Esa locura mística es una formidable riqueza espiritual.


¿No cree usted que el arte, la cultura, la vida del espíritu, están hoy amenazados por la colonización industrial del planeta?


Hay muchos riesgos, pero el arte, la belleza, nos harán libres. Recuerde los Evangelios.


Usted sufrió en su carne algunas de las páginas más dolorosas y endemoniadas de la vida del hombre del siglo XX, ¿cuales son sus esperanzas y temores ante el siglo que comienza?


Mire, hace poco estuve en el norte de Alemania, en un lugar desde donde los nazis lanzaban sus bombas teledirigidas contra Londres… en ese mismo lugar, yo estuve dirigiendo el Réquiem de mi amigo Benjamín Brittain. Al acabar la interpretación, estaba llorando. Y había otros espectadores, ingleses y alemanes, que también lloraban. En el mismo lugar desde donde se fabricaban instrumentos de muerte y destrucción, el hombre, ingleses, alemanes, un ruso como yo, interpretábamos una obra de perdón y misericordia, de memoria y reconciliación. El hombre del siglo XX bajó a los infiernos más atroces de la historia; pero, finalmente, a través del arte, a través del perdón y la compasión, nosotros podemos seguir viviendo y transmitiendo nuestra fue, nuestra confianza y nuestra esperanza en el arte y la belleza, que nos harán libres.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

lunes, 5 de noviembre de 2007

O música o revolución


"No conozco nada más bello que la Appassionata y podría escucharla todos los días. Música maravillosa, inmortal. Siempre pienso, con un orgullo infantil e ingenuo: ¿Cómo puede el hombre crear tales maravillas?... pero no puedo escuchar música muy a menudo. Me hace decir “palabras bonitas”, acariciar la cabeza de personas que [aun] viviendo en el sucio infierno pueden todavía crear tal belleza. Pero en estos días no se puede acariciar la cabeza de nadie, sino quieres que te muerdan. Tienes que aplastarles la cabeza -aplastarles sin compasión-aunque, en teoría, estemos en contra de toda forma de opresión a la humanidad. . . la nuestra es una tarea infernal”
Lenin

domingo, 28 de octubre de 2007

Hijos de Felipe


Aún cuando no esté en algunas cosas de acuerdo con este articulo, me parece uno de los más brillantes que se ha escrito a raíz del 25 aniversario de la victoria socialista de 1982. Quienes rondamos los treinta (lustro arriba- lustro abajo) deberíamos leerlo con atención.

Y Felipe hizo España a su imagen y semejanza
Jose Javier Esparza

28 de octubre de 1982, González y Guerra en el balcón de Ferraz, victoria histórica sobre la base de 10 millones de votos y, además, apoyada en todos los grandes resortes del poder que funcionaban (y funcionan) en España y en Europa… Llegó Felipe. Después, OTAN y Rumasa, Comunidad Europea y GAL, crecimiento económico y corrupción, ampliación de servicios sociales y paro en masa… Las luces y las sombras arrojan claroscuros que presentan distintos matices según el observador. Se marchó Felipe en 1996, aunque no quería. Dejó el poder, pero España era, psicológicamente hablando, felipista.

Sólo se podía votar PSOE
Puede hacerse un paralelismo tal vez algo vertiginoso, pero no infundado: del mismo modo que Zapatero jamás habría ganado de no mediar los atentados del 11-M, Felipe jamás habría conseguido una mayoría tan apabullante de no haber mediado el golpe del 23-F. La diferencia no está tanto en el suceso como en la reacción que ocasionó en el país: si ante el 11-M España se rompió, ante el 23-F España se unió. Fruto de esa unión fue el voto masivo al PSOE en 1982, convertido desde el golpe en única alternativa posible.

(Atrás deben quedar las necesarias preguntas sobre el papel que realmente jugó el PSOE en aquella enorme conspiración. Esta historia tal vez nunca se sabrá del todo, pero limitémonos a una serie de constataciones: quien estaba pidiendo a voces un golpe de timón no era una extrema derecha ya residual, sino figuras clave del sistema como el honorable Tarradellas; nadie habría opuesto demasiada resistencia a un movimiento como el que, al parecer, auspiciaba Armada, más institucional que violento; si el 23-F fracasó, ello fue porque ese no era el golpe que sectores muy influyentes del sistema estaban acariciando, sino otra cosa muy distinta y, con total probabilidad, provocada por los servicios de información precisamente para abortar otras maniobras de mayor altura).

Que el PSOE era, desde el 23-F, la única alternativa posible, decía. Veámoslo de este otro modo: era también el único lugar hacia donde el país podía huir (hacia delante) una vez cerrada la vía derecha por el autohundimiento de UCD y por el chafarrinón de los espadones, simétrico este último de la desconfianza que inspiraba el Partido Comunista en un mundo donde todavía existía el Muro de Berlín. La cuestión era que o bien uno tenía convicciones muy propias de la derecha, y entonces votaba a la AP de Fraga, o bien uno era un ciudadano común y corriente, moderado y sensato pero progresista y moderno, y entonces sólo podía votar al PSOE. ¿Por qué? Porque el PSOE se había convertido en “lo que había que votar”. Todo el voto no ideológico se pasó en masa a Felipe. Él lo ideologizó; al menos, a buena parte de él.

El macizo de la raza
Merece la pena detenerse aquí. En todas las sociedades, y desde luego en España, funciona lo que podríamos llamar la “mayoría neutra”, que es la que, en condiciones de normalidad socioeconómica y paz civil, prevalece siempre. Conquistar a esa “mayoría neutra” es el objetivo primordial del político que quiere asentar una hegemonía duradera. Dionisio Ridruejo, poniendo el asunto en el contexto del franquismo, hablaba del “inconmovible macizo de la raza”. Y en efecto, el franquismo duró casi cuarenta años y el dictador murió en su cama porque el “inconmovible macizo de la raza” estaba cómodo con el régimen y (o) tenía pavor a un cambio.

Ese macizo inconmovible secundó mayoritariamente al Rey, a Suárez y la transición porque, en ese momento, eran la garantía de paz y normalidad. La aguda crisis económica y el 23-F rompieron tales garantías, y entonces fue elegido Felipe González. Felipe dejó de resultarle atractivo al inconmovible macizo de la raza porque los crímenes de Estado y la corrupción rompieron la paz civil, al mismo tiempo que el paro y la quiebra financiera del Estado habían roto la normalidad socioeconómica. Entonces se escogió a Aznar, la única alternativa posible, y éste devolvió a España paz y normalidad hasta el punto de ser reelegido con mayoría absoluta. A Aznar se le quebró la paz civil el 11-M, y entonces hubo una mayoría que escogió a Zapatero. Hoy… Hoy el Gobierno intenta por todos los medios, y todos los días, convencernos de que hay paz civil y normalidad socioeconómica.

Y ese inconmovible macizo de la raza, ¿qué ideología tiene? Propiamente ninguna. Pero reacciona conforme a los valores y principios que se imponen como convenientes, mayoritarios o, simplemente, “correctos” (aquí reside la fuerza de la denominada “corrección política”). El político que está en el poder sabe que la idea que se hace la gente acerca de la normalidad y la paz (digamos el bienestar) presenta unos u otros colores según el enfoque con el que se mira. Generalizar el enfoque propio, el que uno tiene, se convierte entonces en una tarea de primer orden para asentarse en el poder. El franquismo fracasó estrepitosamente en la tarea; en los años sesenta, la sociedad ya era más “moderna” que el régimen. El socialismo, después de 1982, tuvo un éxito mucho mayor. Conceptos como “progreso”, por ejemplo, pasaron a convertirse en dogmas incontestables. Incluso el propio concepto de “izquierda” devino en algo casi mágico, que todos querían compartir.

Felipe hizo a España a su imagen y semejanza en el sentido de que los valores y principios de la sociedad pasaron a ser, poco a poco, los del socialismo en el poder: una idea primaria de la igualdad (entre hombre y mujer, entre profesor y alumno, entre delincuente y víctima, etc.), una identificación del progreso con la ruptura de cualesquiera órdenes tradicionales, un concepto asistencial y un tanto caciquil del Estado… La España que eligió a Aznar en 1996 era mucho más de izquierdas, en su mentalidad cotidiana, que la España que eligió a Felipe en 1982. La España que dejó Aznar en 2004 seguía siendo, en ese sentido, de izquierdas. Lo seguirá siendo incluso si el próximo marzo vota mayoritariamente a Rajoy. Y el PP, probablemente, no tendrá vigor para rectificar los valores y principios que son mayoritarios en España; los que sembró Felipe González a partir de un 28 de octubre de 1982

lunes, 22 de octubre de 2007

Extracto de "Adiós Cataluña" de Albert Boadella


'El mariscal cabezón y sus sablistas'


El caporal de los mossos d'esquadra aparecía precipitadamente para entregarle al cabezudo mariscal Pujol una maleta con el rótulo Banca Catalana a ambos lados. El cabezudo limpiaba el contenido y metía precipitadamente también la pasta en sus bolsillos, mientras seguía bailando. Las huestes concentradas en el Palau de la Música, al percatarse de la operación, mostraban su euforia prorrumpiendo en vítores y aplausos.


No se trata de ninguna fantasía: esta gesta sucedía cada noche en Barcelona ante 2.000 personas, realizada por nuestra milicia [el grupo teatral Els Joglars]. Poco tiempo antes, Banca Catalana había sucumbido, hostigada por unos cuantos prohombres del catalanismo, los cuales, bajo la noble divisa Todo por la Patria, se dedicaron a exprimir dicho símbolo de manera literal, no metafórica, como la Guardia Civil. El batallón de vivales que tenía encomendada la vigilancia de las arcas lo encabezaba el mariscal Pujol [Banca Catalana, fundada por el propio Pujol en 1959, quebró en 1982. Los directivos del que ya era president desde hacía dos años fueron exonerados de los delitos de apropiación indebida y falsedad en documento mercantil], antes de ser nombrado Reichführer. Una vez ascendido el Mariscal a la presidencia del Reich regional, el fiscal general del Estado instruyó una querella contra el clan de marrulleros y su capo, por asalto injustificado al botín con resultado de evaporación. Fue entonces cuando el Mariscal realizó uno de los actos cumbre de su ensalzada carrera político-militar: disfrazó en ataque a Catalunya lo que solo era una acción de la Justicia española contra un presunto sablazo en el que se hallaba implicado. El Mariscal organizó manifestaciones y proclamas, acusando al enemigo español de un ataque desleal a Catalunya [...].


A partir de aquí, la simulación de hostilidades con el Estado español permitió encubrir cualquier amaño, mientras pareciera realizado en beneficio de la etnia oprimida. Comprobado el éxito de la argucia y bajo el lema Ara és l'hora, catalans, que en cristiano vendría a ser «maricón el último», los elegidos se lanzaron al asalto del erario público con un éxito sin precedentes. Aquellos que no lo consiguieron momentáneamente, es decir, el resto de la élite autóctona, advirtieron que sólo era cuestión de aguardar la ocasión y permanecer agazapados esperando un día imitar al jefe, el cual, como era previsible, salió judicialmente indemne de toda sisa o saqueo bancario, exceptuando el aura de rapacidad que ha compartido con la familia.


La paciencia los ha premiado a casi todos, y, con los años, nadie se ha quedado sin ración. Nacionalistas radicales, moderados, escépticos, juiciosos, indecisos, conformados, tibios, pacíficos o completamente sonados, todos han obtenido su parte del desvalijamiento patrio con cargo al contribuyente. Para ello, el Gobierno regional desplegó un esfuerzo colosal de imaginación, inventando nombres altisonantes que dieran empaque a las miles de sinecuras repartidas. Encontraríamos cientos de ejemplos: Dirección General de la Memoria Democrática, Oficina de Promoción de la Paz y los Derechos Humanos, Departamento del Colectivo Gay, Lesbianas y Transexuales; Consorcio para la Normalización Lingüística, Consejo Asesor del Desarrollo Sostenible de Catalunya, Patronato pro Europa, Instituto del Mediterráneo, Oficina de la Gente Mayor Activa, Area de Historia y Pensamiento Contemporáneo, etc. [...]


Una vez finalizadas las campañas de Ubú y Teledeum [dos de las obras más antipujolistas de Els Joglars], con la intención de seguir combatiendo al ejército de sablistas que se apoderaba progresivamente del territorio, decidimos aumentar nuestro arsenal escénico, incorporando un arma de apariencia benigna, pero que en la práctica resultó maléfica. El ingenio llegó hasta nuestras manos por puro azar.


La compañía Comediants estaba realizando una película donde, en una de las escenas, aparecía el Teatre Municipal de Girona con todas las localidades repletas de cabezudos. Asomando por un palco habían colocado también un cabezudo de Pujol, pero como TV3 aportaba unos dineros en la producción, los directivos de la cadena gubernamental amenazaron a los cómicos con retirar la subvención si aparecía el careto del Mariscal en la secuencia. Los chicos de Comediants, que siempre han sido fervientes devotos del movimiento «porro y buen rollo, tío», no quisieron entrar en hostilidades y se esfumó repentinamente de la película el importuno cabezudo. Enterados del lance, les sugerimos a los Comediants la posibilidad de utilizarlo nosotros, cosa que no tuvimos que repetirles dos veces, porque el endiablado cabezudo parecía quemarles las manos.


El ingenio estaba realizado con auténtica destreza, ya que aquella tropa tenía unas facultades extraordinarias para estos menesteres, pero también hay que reconocer que el propio Mariscal en persona favorecía enormemente su impacto visual. El artefacto descubría de forma incuestionable que Pujol era un genuino cabezudo en la realidad. En una sociedad normal, cualquier dirigente con una característica similar no constituye nada significativo, pero cuando se trata del conductor de un pueblo dispuesto a sacralizarse, el asunto toma otro cariz.


PUJOL, EL SAGRADO


Esta peculiaridad convertía la efigie caricaturesca en mucho más auténtica que la de carne y hueso, y de aquí su fuerza transgresora con solo el gesto de fingir afanarle una peseta del bolsillo a un espectador. Hasta entonces, jamás me hubiera imaginado que una simple cabeza de cartón poseyera tan atrayente poder catártico, ya que solo con aparecer un instante bajo cualquier excusa transformaba la situación en un ataque directo al Reichführer y, por consiguiente, a todo un montaje que se pretendía sagrado [...]. Comediants había fabricado y colocado en nuestras manos un ingenio letal.


En el Palau de la Música la prodigiosa efigie solo aparecía en la parte final de Virtuosos de Fontainebleau, pero era suficiente para convertirse en lo más transgresor de una obra que no reparaba en otros descaros. A partir de entonces viajábamos con nuestra arma amenazadora por todas partes. La gran testa del mariscal Pujol podía aparecer en los lugares más insólitos, y las reacciones iban de la consternación al regocijo.


Entre las muchas apariciones hubo una que resultó particularmente señalada. Ocurrió durante una cena que mi entrañable amigo el diputado socialista Romà Planas había organizado para simular, en clave de humor, el juicio que los militares no habían conseguido hacerme. Era la época en que los socialistas nos reían las gracias, y allí estaban aguerridos capitanes del PSC como los alcaldes de Lleida, Mataró y Hospitalet, el rector de la Universidad Central y el estado mayor de la milicia socialista con varios diputados nacionales y regionales. Como nosotros no salíamos de casa sin el cabezudo, después del simulacro de juicio bufo le pedí al teniente de la compañía, Jesús Agelet, que se enfundara la cabeza del Mariscal y diera un par de vueltas por las mesas con la intención de poner un final sandunguero al acto.


A medida que el cabezudo iba desfilando entre las mesas, los notables del socialismo catalán le propinaban golpes, insultos y empujones, con tal violencia, que temí por la integridad del teniente Agelet. Al llegar a la mesa presidencial, el alcalde de Lleida, como empujado por un resorte, se levantó y, colocándose detrás del supuesto Pujol, lo agarró por la cintura e inclinándole hacia delante empezó a simular una sodomización. La escena duró escasamente pocos segundos, pero lo suficiente para que toda la oficialidad socialista prorrumpiera en risas y aplausos ante la simbólica penetración del adversario por la retaguardia del Mariscal.


CASTIGO AL «SODOMITA»


Toda la fiereza que el PSC no demostró jamás en el combate real ante el pujolismo fue exhibida allí contra el icono. La impotencia y el resentimiento concentrados durante tantos años, intentando conquistar la jefatura del Reich, transformó la cena en un aquelarre de enorme eficacia terapéutica para aquella buena gente. Naturalmente, una vez finalizado el acto, los notables del PSC volvieron a su dimensión gallinácea y andaban trastornados pidiendo carretes de fotos a los periodistas y reclamando su silencio. Como con San Pedro, el gallo se quedó ronco de tanto socialista que negó la asistencia al satánico acto.


Nosotros, sin tenerlo previsto, le hicimos un servicio al Mariscal, desfogando para unos cuantos años más el rencor enquistado por una oposición acomplejada con el éxito popular del Führer regional. Lejos de considerarlo un favor, Pujol se puso como un basilisco al enterarse de los detalles del aquelarre, del cual se había chivado Marius Carol, periodista de La Vanguardia Española que estuvo presente. El Mariscal juró venganza; pero sobre nosotros tenía un problema, y es que había apurado ya todas las represalias posibles. Entonces, el frenesí vengativo le hizo concentrar sus iras en el sodomita del cabezudo, el campechano Antoni Siurana, alcalde de Lleida. Este municipio era un feudo socialista muy apetecido por un Pujol que sentía una especial debilidad ante el mundo rural, donde cosechaba los mayores éxitos.


La represalia del Mariscal consistió en poner una cantidad ingente de efectivos y medios financieros para derrotar al alcalde Siurana durante la campaña de las elecciones municipales de Lleida. Algunos convergentes, ignorando los motivos profundos de la obcecación presidencial, encontraban desmesurada la inversión de dineros y esfuerzo empleados para asaltar aquella plaza. No comprendían que el revanchismo contra España que albergan las entrañas de Pujol forma parte del mismo espíritu vengativo con el que deseaba hundir a su simbólico violador. Para conseguirlo, llegó a pactar incluso con los acérrimos enemigos del PP y de otro grupo, de signo ultraderechista, llamado Grup Freixa. Lejos de lo que pueda parecer, Pujol es un hombre dominado por estas miserias. Si no hubiera sido así, Catalunya tendría hoy una dimensión distinta y se hallaría menos abocada al sectarismo pedestre, principal causante de la enorme incompetencia política que asola el territorio.


El eje Convergència-PP-Freixa ganó finalmente la guerra municipal, obteniendo durante cuatro años el mando en la plaza de Lleida. Con ello quedó patente que no se debe menospreciar nunca la venganza de un sodomizado en efigie. Como he dicho antes, directamente contra nosotros, el Mariscal, militarmente, no podía hacer más de lo que estaba haciendo. Sin embargo, aunque la represalia del aquelarre socialista no nos alcanzó, llevábamos unos años padeciendo las consecuencias de nuestra particular guerra contra el timo regional. La constante ofensiva del batallón convergente, en los frentes de la comunicación y de la contratación municipal en Catalunya, empezaba a dar sus frutos. Si a ello sumamos el vacío absoluto de la cadena gubernamental TV3, las consecuencias del bloqueo se notaban crudamente en el quebranto de nuestra intendencia. No obstante, las intenciones de Pujol iban más allá del boicot que nos infligía. Nuestra compañía servía de ejemplo al resto de colegas, para demostrar que quien emprendiera un camino similar sabía a lo que se exponía.


Su política de escarmiento tuvo una enorme eficacia en este sentido, ya que nadie osó colocarse en una senda parecida. Estábamos más solos que la una. Además de la exclusión institucional, también nos encontramos con que los fieles correligionarios que nos seguían desde los inicios de la compañía con la seguridad de que éramos militantes de la sagrada causa andaban muy mosqueados por nuestros ataques a los símbolos de la patria y dejaban de acudir paulatinamente al teatro de operaciones. El goteo de los medios afines al delirio provinciano, presentándonos como renegados del movimiento revanchista nacional, hizo mella en mucha gente, que empezó a considerar un deber cívico no aportar su contribución a nuestras campañas.


Las cosas se ponían tan feas, que incluso el Ayuntamiento de Figueres retiró de la programación cultural una obra nuestra, alegando falta de calidad. Sin dudarlo un instante, para que no cundiera el ejemplo, aparecimos de inmediato en la ciudad con nuestro armamento, incluido el cabezudo. Lo hicimos, estratégicamente, en un día de mercado. Montamos allí una gresca, con escarnio nacionalista incluido, en la que la policía municipal no sabía qué hacer, pues nos seguían algunos periodistas con las cámaras, y reprimir entonces una acción espontánea de Els Joglars tampoco hubiera significado la mejor imagen ante el resto de España. Finalmente, escoltados por la propia policía, fotógrafos y televisiones, acudimos al domicilio del concejal de Cultura a entregarle una suculenta ración de paja y alfalfa para su alimento, pues el tipo en cuestión, para más inri, se llamaba Jordi Cuadras.


Frente a la situación de cerco que padecíamos, y antes que batirnos en retirada, tratamos de rehacer nuestra maltrecha intendencia presentando a TVE la propuesta de una serie de capítulos sobre Catalunya. La presencia de Pilar Miró en la Dirección General del Ente facilitó la aprobación del proyecto, y aprovechamos aquella insólita bula para lanzar desde el circuito catalán de TVE la más feroz embestida a la política nacionalista que se ha realizado en España desde una televisión.


Sólo el título, Som una meravella [Somos una maravilla], ya se mofaba del eslogan recién inventado por la Generalitat: Som 6 mil·lions [Somos 6 millones], de catalanes, naturalmente. Los temas más candentes de la política autóctona pasaban por nuestro laboratorio de campaña, y allí, mediante una mezcla de sarcasmo, pitorreo y mala uva, se cargaban y orientaban los obuses [...]


Pilar Miró, lejos de amedrentarse por la carga virulenta de los capítulos y las consiguientes protestas de los políticos regionales, me ofreció la dirección del circuito catalán de TVE. Siempre he lamentado haber rechazado aquella insólita oferta.


Hay que situar el hecho en una sociedad que se mueve entre una mezcolanza de quimeras históricas, símbolos subrepticios, culto a supuestos mártires, complejos de persecución o la simple exaltación de esencias trilladas, pero de alto contenido sentimental. Todo se apoya en una apología de los rasgos diferenciales cuya lista es la siguiente:


- La lengua catalana (algo hay que hablar).
- La sardana (creada en el siglo XIX por el andaluz Pepe Ventura).
- La rosa del día de San Jorge.
- L'hereu y la pubilla (herencia en los primogénitos).
- La fiesta del día de San Esteban (para hacer canelones con los restos de Navidad).
- La mona de Pascua (pastel con veleidades escultóricas).
- La obsesión por los rovellons (níscalos).
- Los castellers (grupo humano en sentido vertical).
- El caganer (escultura escatológica que se coloca en el Belén).

jueves, 18 de octubre de 2007

Propuesta de reforma parcial de la constitución española




PRESENTADA UNA PROPUESTA DE REFORMA CONSTITUCIONAL


Puedes aquí descargar el documento



Alejo Vidal Quadras, Santiago Abascal, Iñaki Ezquerra, Francisco Caja e Inmaculada Castilla de Cortázar, en representación de las fundaciones que presiden presentaron este jueves en un hotel de Madrid una propuesta de reforma constitucional. Sorprende, por falta de costumbre, su cuidada elaboración. Parten de la idea de que es imposible volver a pactar con el nacionalismo porque ya no queda nada que ceder salvo la propia soberanía de España. Vidal Quadras lanzó un mensaje a su propio partido: “Si alguien en mi partido, sea quien sea, vuelve a decir lo del 96 es que ha perdido por completo el contacto con la realidad”.



(Libertad Digital) No es un brindis al sol ni una pataleta propia del final de una legislatura desastrosa. El texto, encabezado por un ejercicio de intenciones –Por la concordia nacional y la reforma constitucional– ha contado con un asesoramiento jurídico de alto nivel que se advierte nada más comenzar a leerlo. Basta reproducir una frase de Vidal Quadras durante la presentación para quedarse tranquilo: “Si Gabi Cisneros vivera estaría hoy con nosotros en esta mesa”.


Los representantes de las fundaciones Concordia, Papeles de Ermua, Defensa de la Nación Española y Convivencia Cívica Catalana reunieron a varios medios de comunicación en el hotel madrileño Príncipe y Serrano para exponer los detalles de una reforma constitucional que pretende calar ante el próximo proceso electoral. Dejan claro que no son un nuevo partido ni dependen del PP. Son representantes de la sociedad civil que se han puesto a trabajar en serio ante una realidad que ya se ha convertido en el principal problema de España.
El encuentro con la prensa comenzó con una introducción de Iñaki Ezquerra que puso ejemplos claros de lo que supone aumentar el poder de los nacionalistas. “La Justicia será injusticia, habrá purgas sistemáticas como sólo ellos saben hacer. A los no nacionalistas se les acosaría formalmente por fraudes en la Renta o hasta con acusaciones de pederastia”. El colmo del éxodo propiciado por estas purgas sería “salir sin honor por culpa de un juez vendido al nacionalismo”.


La sobre-representación que se ha concedido a los nacionalistas queda plasmada, lamentó Ezquerrra, en la importancia que se da a “los viajes de Ibarretxe” a Madrid para visitar a Zapatero, “como si viniera de lejanas colonias”.


Francisco Caja, profesor de Filosofía de la Universidad de Barcelona y presidente de Convivencia Cívica Catalana diseccionó los ejes de la reforma constitucional. Caja hizo hincapié en que esta propuesta que se lanza a la sociedad, a diferencia de procesos como el Estatuto catalán, tiene la voluntad inequívoca de llevarse a cabo dentro de los cauces que establece la propia Constitución para su reforma.


Y es que desde este movimiento cívico se asume la dificulta intrínseca que entrañan este tipo de reformas, en el caso de nuestra Constitución la reforma agravada prevista en el artículo 168.1 obliga a la aprobación por dos tercios del Congreso, la disolución de las Cortes para conformar unas cámaras constituyentes que ratifiquen la reforma y, lo que subrayó Caja como más importante, la aprobación en referéndum por el pueblo español. Caja remarcó este último punto, ya que, en definitiva, será la nación española donde reside la soberanía quien decida sobre la reforma.


Entrando en materia Santiago Abascal se encargó de comunicar la agenda política que ha de acompañar a esta iniciativa y que se centra en tres ejes:




  1. La derrota de José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones y la consiguiente sustitución de la dirección del actual PSOE.



  2. Concluir por necesidad que ya no se puede llegar a pactos de gobierno con nacionalistas (ni parecidos ni distintos a los ya conocidos en 1993, 1996 y 2004) por su reiterada negativa a colaborar en la lucha contra ETA y su inequívoca voluntad secesionista.



  3. Llegar a un pacto de legislatura e incluso a un gobierno de concentración nacional entre PP y PSOE para abordar la reforma constitucional que se presenta. Se habló, en este sentido, de la posibilidad de adoptar los modelos francés o alemán.


Para Abascal todos estos principios están presentes en la inmensa mayoría de la sociedad española y "en las bases de los dos grandes partidos nacionales", no así en sus elites.


Todos coincidieron en que si se rechaza cualquier escenario de pacto con los nacionalistas es porque ya no queda nada que se pueda pactar, “no hay objeto material que se pueda acordar con ellos, no queda nada salvo la soberanía de España”. Para aquellos que invocan la capacidad moderadora de los pactos Abascal también tuvo una respuesta: “Ningún pacto con nacionalistas ha conseguido moderarles, nunca se les ha frenado”.


Alejo Vidal Quadras comenzó su discurso con una alegoría de las misiones de la NASA en las que se dice eso de “Houston, tenemos un problema”. Pues “Houston lleva recibiendo esa señales de problema desde hace muchos años y Houston no se entera. Pero tiene que enterarse porque si no la nave se desintegra”. No se trata de impaciencia, matizo Vidal Quadras: “Llevamos treinta años intentando integrar a los nacionalistas pero no quieren, ¡no son integrables!, aunque sea doloroso decirlo. Hay que neutralizarlos (...) por lo menos quiero preservar la dignidad de mi país”. Otro mito que el eurodiputado desmontó es el de la existencia de distintas intensidades de nacionalismo: “No hay nacionalismo moderado, todos son separatistas. Lo de Pujol era una ilusión”. Para Vidal Quadras el nacionalismo, sin distinción, está en “rebelión subversiva contra el Estado”. Tampoco es cierta la creencia de que si se neutraliza al nacionalismo se generará inestabilidad. “No pasaría nada. Me apuesto lo que queráis a que los nacionalistas se callarían y sus gritos se transformarían en suaves balidos. Los conozco muy bien”, zanjó.


Imposible el 96


En el aire flotaba una pregunta sobre las intenciones del PP, conocidas las repetidas ocasiones en las que se recuerda el escenario electoral del 1996 y la posibilidad de reeditar pactos de gobernabilidad. Pero también hubo respuesta: “Si alguien en mi partido, sea quien sea, vuelve a decir lo del 96 es que ha perdido por completo el contacto con la realidad. No hay más que dar. No queda nada. Sólo España”. Los líderes del PP que insisten en el posibilismo, señaló Vidal Quadras, “necesitan una reflexión más profunda. Es un mecanismo psicológico: ante lo terrible se tarda en reaccionar”. Alberga pues, esperanzas de que sólo hace falta tiempo.


Con vistas a marzo, el presidente del Fundación Concordia dijo que “por primera vez ganar las elecciones no es electoralismo, es la buena acción del día”. Según Alejo Vidal Quadras, el PP “todavía no se ha definido sobre la reforma integral de la Constitución pero debe hacer suya esta agenda y definirse a la mayor brevedad posible. Reveló también que Mariano Rajoy “está al tanto de la iniciativa pero de momento no ha dicho nada”.

viernes, 12 de octubre de 2007

Jan Patočka: uno de los nuestros


¿Tiene sentido dedicarse prioritariamente al cuidado del alma en una época carente de espíritu, descreída de dioses y trasmundos? Responder de modo positivo a este interrogante fue la provocadora tarea que se impuso como cometido esencial el pensador checo Jan Patocka (Turnov, Bohemia, 1907-Praga, 1977). En torno a ella gravitaron los grandes temas de su actividad filosófica, desde la meditación sobre el destino de Europa hasta su insistente llamada de atención sobre la necesidad de recuperar el legado de Platón. También su renovadora lectura de la fenomenología, su preocupación por un estrechamiento del horizonte de la existencia humana en un mundo dominado por la técnica o su reivindicación del hondo sentido emancipador de la educación en la obra de sus compatriotas, Comenius y Masaryk, son otras tantas expresiones de idéntico impulso, que a sus ideas esa fuerza y originalidad que le hacen acreedor de reconocimiento como una de las más destacadas personalidades intelectuales del siglo XX. Así supieron entenderlo pensadores de renombre como Derrida o Ricoeur.


A la hora de trazar un perfil de la figura de Patocka, resulta difícil, sin embargo, no poner en primer plano el soberbio ejemplo de entereza moral del que dio testimonio a lo largo de su vida y, de manera especialmente conmovedora, en las dramáticas circunstancias de su muerte; máxime en un año en que no sólo se conmemora el centenario de su nacimiento, sino también el trigésimo aniversario de su fallecimiento, el 13 de marzo de 1977, a consecuencia de los brutales interrogatorios policiales a los que acababa de ser sometido días antes, por su oposición al régimen comunista checo como firmante, junto a Václav Havel, de la “Carta del 77” en defensa de los derechos humanos. Era el último acto de una vida marcada por un intenso compromiso ético y una activa resistencia a las diversas formas de totalitarismo que asolaron la Europa del siglo XX.


Formado en París como discípulo de Husserl a finales de los años 20, asistente a sus clases y a las de Heidegger en Friburgo a comienzos de los 30, su regreso a la patria apenas si le permitiría unos años de actividad académica en colaboración con el círculo de Jakobson, en los que invitará a su maestro a pronunciar su célebre conferencia sobre la crisis de la humanidad europea. La invasión de Checoslovaquia por los nazis supone el cierre de la Universidad. Un breve paréntesis tras la guerra y otro durante la “primavera de Praga” serán las dos únicas oportunidades de que volverá a disfrutar para ejercer la docencia pública en su país. El resto del tiempo, exiliado interior, se dedica a labores de editor, archivero y traductor, mientras imparte seminarios en privado y atesora una imponente obra escrita, sólo parcialmente publicada en vida. Pero tanto como por su actitud ejemplar frente a la represión política, este “Sócrates de Praga” lo es por el sustrato teórico que dota de coherencia a su compromis o vital con la libertad.


Su punto de partida es un diagnóstico sobre la crisis radical sufrida por la civilización europea y atestiguada por las dos guerras mundiales, que guarda obvias semejanzas con el de sus mentores, Husserl y Heidegger. Su recurso a una interpretación no metafísica del platonismo, donde el alma no es concebida como un elemento inalterable situado más allá de este mundo, sino como un movimiento existencial, es una de sus aportaciones más originales. A esa búsqueda responsable, que no se contenta con la mera opinión y que desenmascara las tendencias tiránicas de quienes se atienen a ella dogmáticamente, es a lo que Patocka denomina “cuidado del alma”, afirmando taxativamente que Europa nació de dicho cuidado. O lo que es lo mismo: Europa se constituyó como tal con el despertar de la filosofía, con el despliegue de una actitud dispuesta a cuestionar la tradición para dirigir una mirada libre a lo existente y en base a ello orientar el proyecto de una comunidad justa, en la que hombres como Sócrates no se vieran obligados a morir. Esto es lo específico de Europa y es lo que habría olvidado hoy, al primar la preocupación por el dominio fáctico del mundo y entregarse a una funcionalización de la existencia regida por el criterio del éxito, que sólo contempla medios, no fines.


Tras la experiencia de los totalitarismos, el complaciente abandono de gran parte de la Europa actual a nuevas formas de olvido y banalización de la existencia parece seguir dando razones a este contundente dictamen de Patocka. Por más que hayamos aprendido a ser un tanto heréticos frente a ideologías del fin de la historia, la política cotidiana se sigue nutriendo de las mismas promesas espectaculares de plenitud, sólo que relativizadas y consumidas a la carta. La Historia no es nunca cierre feliz, sino subversión y apertura, abismo de libertad por conquistar. Lo propio de nuestro modo de existir, insiste Patocka en el ensayo “Los fundamentos espirituales de la vida contemporánea”, es el encuentro con la problematicidad del ser. En ese sentido, el platonismo que propone recobrar es “negativo” porque reconoce el abismo constitutivo de la existencia humana, la distancia entre lo presente y lo buscado, entre vida e idea.


... ese distanciamiento respecto a “lo que hay” [es] lo que posibilita nuestra libertad, el que se pueda discrepar incluso ahí donde se supone que ya todo está sancionado, como ocurre en este mundo intensamente instrumentalizado. La posibilidad del sacrificio se presenta entonces como una ruptura herética, pero viva y auténtica. De ello ofreció una muestra impresionante Patocka, tanto con su biografía como con su obra. Aunque algunos desmemoriados de nuestra posmoderna Europa crean que es necesario añadir algo distinto al ejercicio de la filosofía y a la enseñanza de viejos maestros como Platón para educar a la ciudadanía.


Manuel BARRIOS


(Estracto de la crítica realizada por Manuel Barrios en El cultural a la recopilación de trabajos recogidos por Ivan Ortega para Herder bajo el título "Libertad y Sacrificio")

miércoles, 3 de octubre de 2007

Discurso de Boadella en la Presentación de UPD (sobre derechas e izquierdas)


Desde hace bastante tiempo, por una u otra razón, me veo entremetido en estos berenjenales de la política, y cada vez que me encuentro en esta situación mi mente se formula la misma pregunta, una pregunta casi metafísica: “¿qué hace un chico como yo en un lugar como éste?”. Lo digo así porque, aun siendo la razón esencial de mi oficio la comunicación con el público, este oficio tiene como fundamento plantear un mundo donde la ficción parezca realidad, o sea, todo lo contrario del objetivo que anima esta iniciativa. Aquí se busca el máximo acercamiento a la vida real. A los auténticos problemas de cada ciudadano, intentando que las querencias tribales o el resentimiento mezquino o las fantasías históricas de unas supuestas etnias no mareen la perdiz sobre esta realidad ineludible e imprescindible para practicar una política justa. En definitiva, se busca que ningún interés particular ni chantajista se arrogue la representación del núcleo esencial de la democracia como es la voluntad ciudadana.

En este sentido, la razón por la que me meto en estos berenjenales, a pesar de no ser éste mi escenario natural, tiene todavía un resquicio teatral, tiene que ver con aquella famosa frase que aparece en el primer acto de Hamlet donde se dice: “Algo huele a podrido en el Estado de Dinamarca”.

Yo no sé a qué huele actualmente Dinamarca o si huele a algo más que a cerveza Karlsberg, pero estoy convencido de que ésta es una frase que, hoy precisamente, se puede trasladar de forma literal a España, y lo afirmo así categóricamente, porque creo que estamos asistiendo a una inquietante putrefacción en las estructuras políticas españolas y por consecuencia en los medios de comunicación o viceversa, lo primero consecuencia de lo segundo.

Tampoco hay que ponerse las manos a la cabeza, porque, como ustedes saben, todas las cosas que dependen de los seres vivos tienden a la putrefacción, y entre ellas la política siempre se ha caracterizado por ser un pudridero donde lo que cuenta más positivamente es la resistencia que uno es capaz de ofrecer a la irreversible descomposición.

Sin embargo, aun aceptando este principio biológico-moral, pienso que actualmente en nuestro país se han alcanzado unas cotas de fermentación tan irrespirables que pueden dañar seriamente la ecología social, o lo que es lo mismo, el buen ambiente entre los ciudadanos de esta nación, y cuando digo nación, me refiero a la nación española, y punto. Y cuando digo ciudadanos no pienso en gallegos, catalanes, vascos, valencianos, etc. Sino en ciudadanos españoles y punto. Por todo ello, considero que la participación de gentes no vinculadas directamente a la política profesional puede aportar una ráfaga de aire natural en un clima político altamente contaminado. Ésta es la razón de mi presencia y la de mucha otra gente, y también de mi fraternidad con los compañeros de la nueva aventura llamada PRO.

Pero hay otra razón de índole más personal. Necesito creer en que es posible organizar una formación política que jubile de una vez por todas esta coartada caduca y sectaria que, bajo el rótulo de izquierda o de derecha, se ha convertido hoy en la justificación de todas las imposturas morales y que pretende además situarnos obligadamente en un lado y contra el otro.

¿No hay manera de organizar algo distinto? ¿Tenemos que seguir consumiendo tópicos?

¡Coño! Vivimos en el 2007, hace un siglo y medio de la industrialización. Estoy saturado de política arqueológica.

Es que bajo estos conceptos decimonónicos yo no sé ni lo que soy.

Basándome en los preconcebidos degradados he anotado para ustedes una pequeña lista de mis dudas más domésticas:

Me encantan los pasodobles. ¿Esto es música de derechas o izquierdas?

Llevo treinta y dos años siendo fiel a una sola mujer. ¿Moral de la derecha, de la izquierda o del centro derecha?

No me gusta ni Tàpies, ni Miró, ni Ferran Adrià. ¿Criterio artístico ultra derechista o de centro?

Adoro el champagne y detesto el cava. ¿Gustos de la derecha o de centro izquierda?

Estoy encantado de que existan cuantos más ricos mejor. Así tengo mayores posibilidades de alcanzar un día un status semejante. ¿Complejo de centro derecha o de centro izquierda?

Desde que fui monaguillo, cada noche antes de acostarme rezo un padrenuestro en latín. ¿Tendencia sospechosa a la derecha o a la ultra derecha?

Pienso que los toros son el único arte completo que existe hoy en el mundo occidental. ¿Espectáculo de derechas o de izquierdas?

Creo que los débiles, por el hecho de serlo, no siempre tienen la razón. ¿Convicción de derechas o de derechas?

La existencia de fuerzas intangibles o divinas me parece un buen tema para polemizar, pero no es un tema de Estado. ¿Pensar así es de centro izquierda o de izquierdas?

Naturalmente que estoy por la igualdad de oportunidades, pero ante todo creo en el mérito y en la selección: el que no vale, a la cola o a la puta calle. ¿Derecha, izquierda, centro?

Estoy convencido que detrás del medio ambiente, el calentamiento global y las ONG, se ha instalado la banda de aprovechados más numerosa de los tiempos modernos. ¿Dudas de centro izquierda o derecha?

Por último, no siento ningún complejo en decir ¡Viva España! ¿Qué soy? ¿Un derechista o un fascista?

En fin, ustedes juzgaran; en todo caso lo que queda claro es que soy poco ortodoxo. Espero que el nuevo partido aparque tal corrupción en los términos. Tampoco hay que esperarlo todo, este partido no va a ser perfecto. Sólo faltaría eso. ¿Saben cuál sería mi partido perfecto? Pues sería un partido donde yo fuera el presidente, el secretario general, y el único militante y aun disidente.

No obstante, creo que este nuevo partido tiene un espacio para todos aquellos que no estamos por dogmatismos en la política, lo que en definitiva significa que estamos por la libertad. Lo que también quiere decir que estamos por el respeto a las reglas de juego, por la Constitución y por la igualdad entre todos los españoles, sean de donde sean.

Por lo tanto, a todo aquel que se sienta en esta situación y quiera además contribuir a la reconstrucción del “buen rollo” nacional, creo que ha nacido su partido.